Por Diego Molinas – Designado como embajador por el gobierno de Trump, Peter Lamelas anticipó su agenda de injerencia y subordinación para Argentina. Sus declaraciones lo descalifican como interlocutor diplomático. La respuesta popular no se hizo esperar: este jueves, organizaciones sociales y políticas marchan para declarar a Lamelas persona no grata.
Peter Lamelas, designado como embajador de EE.UU. en Argentina, declaró
que trabajará “codo a codo con Milei”, “vigilará a los gobernadores que se
acerquen a China” y espera que “Cristina reciba la justicia que merece”. Sus
dichos revelan una postura injerencista que vulnera el principio de no
intervención y atenta contra la soberanía nacional. Ante este escenario,
organizaciones políticas, sociales y sindicales convocan a movilizarse este
jueves a la Embajada norteamericana para exigir que no se le otorgue el plácet
y se lo declare persona no grata.
Peter Lamelas
no ha llegado aún al país, pero ya mostró el estilo de diplomacia que trae:
autoritaria, intervencionista y alineada con los sectores más extremos de la
política exterior estadounidense. Lejos de respetar los principios elementales
de la relación entre naciones soberanas, Lamelas se expresó como un enviado con
funciones de supervisión, amenaza y condicionamiento.
En sus propias
palabras, afirmó que su misión en Argentina será “trabajar codo a codo con
Javier Milei”, al que definió como un “socio vital” de los intereses
norteamericanos. También aseguró que “vigilará a los gobernadores” que se
acerquen a China, advirtiendo sobre “influencias malignas” como las de Cuba,
Venezuela e Irán. Incluso se permitió opinar sobre procesos judiciales en
curso, diciendo que “espera que Cristina Fernández de Kirchner reciba la
justicia que merece”.
Esas frases no
son inocentes: reflejan una concepción colonial sobre América Latina, en la que
los embajadores actúan como delegados imperiales, tutelando decisiones
políticas, económicas y geoestratégicas que sólo competen al pueblo argentino.
La designación
de Lamelas no es casual. Forma parte del ala más dura del trumpismo en el
Congreso estadounidense, promovida por sectores del Partido Republicano que
buscan reinstalar un enfoque de Guerra Fría en la región. Su trayectoria está
marcada por el hostigamiento a los procesos populares y por un discurso
sistemáticamente hostil a cualquier forma de integración soberana en el Sur
Global.
Por eso, su
llegada ha generado una reacción inmediata en diversos sectores de la sociedad
argentina. Organizaciones sociales como la UTEP, el Peronismo de la Soberania, la
CCC y la CTA Autónoma, junto a referentes políticos y sindicales, han expresado
su rechazo a que se le conceda el plácet diplomático. Diputados y senadores
también impulsaron iniciativas formales para declarar a Lamelas persona no
grata.
Este jueves 24
de julio a las 17 hs, está convocada una movilización desde Plaza Italia hasta
la sede de la Embajada de Estados Unidos. El mensaje es claro: Argentina no
acepta embajadores que vengan a tutelar, condicionar ni dividir. Se
defiende la soberanía en las urnas, en la calle y en la conciencia colectiva de
un pueblo que sabe muy bien lo que significan las injerencias extranjeras.
Peter Lamelas
no viene a dialogar: viene a intervenir. Y en una democracia que se respeta a
sí misma el injerencismo no es bienvenido.
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