El reconocido guitarrista, compositor y referente del folclore argentino, Juan Falú, respondió con firmeza y sensibilidad a los dichos del mediático conductor Roberto Pettinato, quien había realizado declaraciones peyorativas sobre el folclore en medios masivos. La respuesta, cargada de lirismo, ironía y profundidad conceptual, no solo defiende el valor del folclore como manifestación cultural viva, sino que lo reivindica como herramienta de resistencia, identidad y pensamiento.
“Estuve ocupado componiendo folclore. Una zamba con la guitarrita, el diminutivo e ironía pura, imitando tus referencias al charanguito y al bombito”, dispara Falú en el inicio de su mensaje, con tono irónico y afectuosamente indignado.
En un audio de más de siete minutos, Falú recorre con palabras sentidas el vasto universo del folclore argentino, al que define como una estética que aborda temas universales: la vida, la muerte, el amor, la tierra, la distancia y la memoria colectiva.
El músico hace una crítica directa a la mirada despectiva hacia las expresiones tradicionales, señalando que la subestimación del folclore es una manifestación de ignorancia, centralismo y desprecio por lo periférico.
“Declarar tu extrañeza peyorativamente es todo un alegato de la ignorancia, del ombliguismo del centro sobre la periferia y de la supuesta supremacía de la modernidad por sobre las pertenencias de un ayer”, sostiene.
Con notable lucidez, Falú recuerda que no hay modernidad sin raíces y se posiciona él mismo como ejemplo: un tucumano de 76 años que “le revuelve las tripas a una zamba” para vestirla con ideas nuevas.
“El folclore es tradición y es modernidad, al mismo tiempo, como debe ser”, afirma con contundencia.
Durante su mensaje, el artista sugiere a Pettinato acercarse a poetas como Manuel Castilla, o sumergirse en el sonido de referentes como Jaime Torres o Vitillo Ábalos, para comprender cómo un instrumento mínimo puede condensar la grandeza de una cultura.
Además, critica la homogeneización de la industria musical contemporánea, dominada por fórmulas repetidas y sonidos estandarizados que, según Falú, alejan al pueblo de sus raíces:
“¿Qué me decís de los estereotipos de otros lenguajes musicales? La misma percusión y las mismas máquinas generando barullo en todo tiempo y lugar”.
La respuesta no cierra con una ruptura, sino con una invitación al diálogo, al aprendizaje mutuo y a un debate abierto que vaya más allá de los argumentos racionales: desde la música, la poesía, la copla, la historia.
“Te dejaría amable y respetuosamente con tus reflexiones y tu necesario pedido de disculpas a esta tierra, a sus gentes y a esas antiguas huellas que perduran.”
Con esta intervención, Juan Falú no solo defiende al folclore de una descalificación pública, sino que lo reivindica como un lenguaje vigente, capaz de dialogar con el presente sin perder la memoria del ayer. Una lección profunda sobre pertenencia, sensibilidad y cultura popular.